Alianza perdio jugando mal

solo pasa en peru

Alianza llegaba con una racha ganadora, pero San Martín le ganó 3-1 en Matute
Para describir a Alianza basta imaginar a Richard Páez vestido con una impecable camisa Ermenegildo Zegna, un saco Versace y una corbata Armani, aunque guachafamente combinados con una bermuda salpicada de florecitas fosforescentes y unas sayonaras de preso. Si algún poder de fascinación puede generar el equipo del "Dóctor" hacia arriba, todo se estropea cuando exponen su parte baja. El peor Alianza es el que tiene que defenderse.
No importaba que tan motivados estuvieran los blanquiazules por dos triunfos consecutivos, o que tan comprometida pudiera estar la hinchada pese a la garúa encarnizada que invitaba a quedarse en casa antes que sentarse en las bancas ensopadas de Matute. Igual, tarde o temprano, sería notorio el desbalance del once de Páez. Y fue temprano. No pasaron ni ocho minutos y un tiro libre de García trajo por tierra el entusiasmo.
Del modo más inimaginable, el balón había ingresado al arco de Forsyth. El centro después de sortear el aire, fue desviado ligeramente por la cabeza de Ciurlizza, que evitó que Muente lograra conectarla, pero ocasionó que Páez fortuitamente la terminara metiendo en arco aliancista. El desorden en la asignación de las marcas en jugadas de táctica fija, es otro rasgo distintivo en Alianza.

El empate pudo haber llegado pronto si es que Carrillo no hubiera estado con los ojos vendados cuando Butrón le cometió un evidente penal a Aguirre a los 12´. Pero así como el árbitro se equivocó de un lado, también lo hizo del otro, con un gol anulado a Ovelar a los 21´, que empezó con una jugada mal invalidada a García por presunto offiside. No hay excusas. Con el panorama complicado, Páez decide el ingresar del "Pato" Quinteros por Ciurlizza.

Dejar apenas a La Rosa en el medio, ante el despliegue de Hinostroza (el mejor del campo por su infatigable tránsito), Pérez y los extremos Díaz y Quinteros, era un riesgo que el "Doctor" asumió después de entender que San Martín estaba más cerca del segundo. Si el empate llegó en ese minuto final esperanzador, fue más por pasión que por razón. El centro de Fernández buscó la complicidad de la suerte y terminó encontrando el oportunismo de Páez.

Pero era evidente que los "santos" tenían lo justo para neutralizar a ese atractivo Alianza de cintura para arriba, y lo necesario para divertirse con ese impresentable Alianza de cintura para abajo. Intercalado por algunos intentos locales, el diestro equipo de Rivera, a puro contragolpe, liquidó todo en veinte minutos. Primero Díaz con un enganche sobrador ante Reaños sobre los 6´ y luego Ovelar con un remate cruzado de zurda a los 20´.

Anoche tendría que haber llegado el "Salvaje" Martínez, algo así como el pantalón necesario para hacer un poquito más decente a Alianza hacia abajo; pero con laterales como Fernández y Reaños, será como tener el smoking completo pero aún con las sayonaras puestas.